APENAS alzas la vista y
una palabra mágica
sale de tus labios
¡¡ Te quiero ¡¡
Mueves las manos
y encuentras las mías
besas con pasión mis
labios y yo los tuyos.
Por esa palabra que
has pronunciado
nacen en nuestros
cuerpos sudores y
humedades como
si el cuerpo se
defendiera de ese
modo del miedo.
Tiene una música extraña
el ruído de los cuerpos que
descubren el deseo
pero no me importa nada
porque me hacen olvidar
el miedo