Pregunte…
Que quieres de mí ahora,
Y palabras brotaron de tu boca.
Perdóname…
Y yo, solo escuche…
Te amo…
Tus palabras sonaron bacías,
Y en mi pecho la angustia solloza,
Solo escuche…
Nunca más te haré sufrir,
Y sentí mi corazón latir como un loco,
Solo te deje decir…
Tus brazos se acercaron a abrazarme,
Y los míos te pidieron lejanía,
No quise desistir.
No me toques… te dije calmada,
No me abraces, no sabes la ira que en mi se provoca,
No puedes sentir lo que mi alma siente,
Tantas veces con el alma desgarrada,
El corazón destrozado suplique…
Amor de ti.
Mi cuerpo, mi piel, mis manos,
Suplicó caricias de ti,
Y nada… solo nada recibí de ti.
Indolente…
Tu ego de don Juan existía para ti,
Y al pasar los meses te das cuenta,
Que no puedes vivir sin mí,
Si tu corazón solo enseño al mío,
A ser un corazón de piedra,
Tu amor solo enseñó al mío,
A vivir sin ti.
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